Dormir dos días
ásperos
refugiado entre domingo y viernes |
jueves 5:30 p.m.
consumir huesos de sol
desmenuzar la noche |
lunes 2:30 p.m.
cazar palomas en la catedral
escupir a los mendigos |
viernes medio día
morder aceitunas del pecho
absorberte las clavículas
enredado en tu cadera |
martes
silencio desplomado |
equilibrando furias
dos noches para la muerte
esperar la luna |
se enciende la cascada
de sombras,
no huye la luz de los párpados |
noche de viernes
caminar eclipses anolando nubes
exprimir fuego de ángeles
sobre tus muslos |
miércoles 5:50
a.m.
paladear el sol en su corniza
sudar milagros por la calle
apedrear enamorados |
en el ocaso del sábado
me vuelvo caracol herido
y en el silencio de opio
se desangra la respiración |
11:00 p.m.
robar cromáticas miradas
tatuar carajos en los muslos
enrojecer el humo de ojos |
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