|
No
es cosa nueva aceptar que en la calma chicha de la molicie
llamada por alguno madurez neoliberal, varó nuestra
navegación largas estaciones nunca tanto como
en la última zozobra, pero el viaje continúa
y estamos de vuelta en las corrientes que comunican a los
continentes el aliento del planeta.
Es
también verdad que Navegaciones Zur goza de la insania
sagrada con las revistas y publicaciones culturales que persisten
en el destino elegido de ser oasis, nicho ecológico,
reducto de la espiritualidad.
Nuevas vocaciones se han embarcado en este navío y
desplieguen aquí sus velas, junto a mareantes que soñaban
fundaciones, almirantazgos, ya curtidos ahora por la sal y
el yodo de años de travesía.
|