ENSAYO

José Juan Cervera

La Ciencia y las Costumbres en Épocas Futuras: Una Recreación Literaria

     El desarrollo de la cultura universal ofrece variados ejemplos de la compatibilidad entre las ciencias y las artes. Esta característica tiene el libro Eugenia. Esbozo novelesco de costumbres futuras, editado por su autor, Eduardo Urzáiz Rodríguez, en 1919.
     El doctor Urzáiz, quien fue el primer rector de la Universidad Nacional del Sureste, reflejó en esa obra su experiencia como médico obstetra, combinada con la perspectiva sagaz de sus análisis de la realidad social y su destreza como novelista. Se trata, en suma, de una provechosa integración de capacidades aparentemente contradictorias.
     La trama de Eugenia se desarrolla en el año 2218, y se sitúa en Villautopía, en la que fácilmente puede reconocerse una recreación literaria de Mérida, la capital de Yucatán. Esto se puede apreciar, por ejemplo, en la descripción de edificios de estilo neomaya y en la costumbre de sus pobladores de trasladarse a un puerto vecino con fines recreativos.
      La ciencia hace acto de presencia en toda la novela, especialmente en lo que se refiere a la aplicación de inventos e innovaciones tecnológicas, como la "aerocicleta", vehículo en el que acostumbraba pasear uno de sus protagonistas, las aceras giratorias que facilitaban el desplazamiento de las personas por la ciudad y las grandes aeronaves que conducían de un lado a otro a sus pasajeros.
      El autor presenta un mundo en el que la tecnología coexiste con la naturaleza sin dañarla, algo que en las sociedades de masas como la nuestra, totalmente sometida a la economía de mercado, se antoja una verdadera utopía.
     Además, la ciencia tenía un papel muy importante en la regulación de la especie humana, cuya reproducción era vigilada por el Estado. En este punto se desarrolla la tesis del libro, referida al impacto de los descubrimientos científicos sobre la economía y la moral en las sociedades.
     Como suele ocurrir en otras novelas que exponen una versión de lo que podría ser la vida humana en épocas futuras, la estructura de control político denota visos de totalitarismo. En Villautopía era facultad exclusiva del Estado determinar el número y la frecuencia de los nacimientos con el propósito de evitar "la degeneración de la humanidad" y su "estancamiento evolutivo"; de este modo podría lograrse que la reproducción de las personas correspondiese a la capacidad material del ambiente para sustentarlas.
     El papel regulador del Estado se manifestaba también en la selección de individuos físicamente aptos para transmitir sus ventajas biológicas a sus descendientes. Las personas seleccionadas cumplían la función social de "reproductores oficiales de la especie" y debían ponerse al servicio de la comunidad en el curso de un año.
     En ese mismo ámbito destacaron también los "gestadores", hombres educados para albergar óvulos que se les implantaban en las caderas, los que tenían la obligación de fecundar. Simultáneamente, los individuos con capacidades biológicas menos ventajosas eran esterilizados, lo mismo mujeres que varones.
     Todas esas reformas de las políticas públicas en materia reproductiva fueron consecuencia de los descubrimientos de un científico local, quien demostró con ello el desarrollo que podía alcanzar la investigación autóctona. En este caso, la imaginación literaria se propuso conjurar realidades dolorosas que aún en los tiempos que vivimos constituyen un desafío formidable. Por lo menos así lo revelan nuestras más agudas inercias sociales, como la escasa inversión gubernamental que se destina a la producción científica y la consecuente dependencia tecnológica de nuestro país respecto a las naciones más poderosas del mundo.
     Eugenia, el personaje que da nombre a la novela y que irrumpe en ella casi al final de la trama, encarna ese conjunto de innovaciones científicas y sociales, condición significativa que se evidencia en la propia etimología de su nombre. La tecnología y la ciencia fueron puestas al servicio de un ideal de mejoramiento de la especie. A propósito de las objeciones de conciencia que se le podría formular a ese sistema de control natal, uno de los personajes expresa que "cada siglo tiene su ética", dejando en claro el relativismo histórico que se despliega en el contenido de la obra.
     Ernesto, antiguo amante de Celiana, se enamora de Eugenia y la hace su pareja, interrumpiendo la relación que tenía con su anterior compañera. Después de conocerse al ejercer su función de reproductores oficiales de la especie, Ernesto y Eugenia viven una intensa experiencia pasional mientras Celiana padece los sinsabores de una ruptura intempestiva.
     El autor pone de relieve un profundo contraste entre las personalidades de Celiana y Eugenia: la primera era una mujer mayor que inició sexualmente a Ernesto, y que aún conservaba su atractivo físico. Atendiendo a su faceta intelectual, solía dictar conferencias que eran muy bien recibidas por su público. Eugenia, en cambio, era una muchacha muy bella e ingenua, cuya primera experiencia sexual fue el fruto de su encuentro con Ernesto.
     Esta novela pone de manifiesto que los conflictos sentimentales siguen siendo un tema delicado incluso en las sociedades que presentan un gran desarrollo tecnológico. En ellas, las pasiones humanas son todavía el resultado de las decisiones individuales, más allá de cualquier control institucional. Incluso la costumbre del beso se conserva intacta en la Villautopía del año 2218.
     No es ocioso indicar que en la obra hay un examen crítico de las costumbres y los hechos de la vida cotidiana, como el baile y el galanteo. Su autor aborda problemas que alcanzan la magnitud de la guerra y los embargos comerciales internacionales, con alusiones al sindicalismo y a las luchas obreras. Asimismo hay indicios de una preocupación por plantear las implicaciones sociales del consumo de enervantes.
     Conviene reconocer también algunos juicios etnocéntricos que el doctor Urzáiz desliza en su texto, como cuando se refiere a los hotentotes "feos y bembones" que visitaron Villautopía con el propósito de conocer sus avances tecnológicos y aplicarlos a su sociedad, a la que le urgía recurrir al "cruce con razas superiores" para superar su presunto rezago.
     La obra presenta otros rasgos que deben entenderse en el contexto histórico en el que fue escrita, ya que como producto literario ofrece valiosos cauces de reflexión. Éste es el caso de algunos prejuicios de género sobre el papel social de las mujeres y sus ocupaciones, en el sentido de que, bajo ciertas condiciones, era preferible que se quedaran confinadas en la esfera en sus quehaceres domésticos sin aspirar a desenvolverse en otros campos de acción, nociones que, fuera de circunstancias atenuantes y de cualquier refinamiento artístico, hoy día escuchamos en boca de algunos funcionarios federales y de otros personajes atrabiliarios.

 

|PORTADA|EDITORIAL|POESÍA|NARRATIVA|ENSAYO|ENTREVISTA|COLABORADORES|CONSEJO|

Navegaciones Zur/Revista Trimestral

Centro Yucateco de Escritores A.C.

@EdicionesZur 2002