Cuando Raúl Ferrera-Balanquet le comunicó a Agustín Chong y Alfredo Lugo la posibilidad de crear un espacio arte cibernético, ambos artistas apoyaron la propuesta y decidieron invitar a Enrique Cascante y a Elizabeth Matú. Desde aquellos primeros momentos, la red electrónica activó la ruta San Francisco-Mérida y la red telefónica unió a Tucson, Arizona, Mérida, Yucatán y San Francisco, California. Los artistas crearon mensajes, fotografias, insultos, halagos, gráficos, fantasías y esperanzas, las cuales recorrieron el internet con el fin de crear el primer proyecto interactivo electrónico en la historia del arte en Yucatán.

La creación de un mundo, que a pesar de sus conotaciones mágico-surrealistas-histórico-críticas, permita expresar la híbridez étnica, la multiples identidades y las diferentes visiones de los artistas, fueron los elementos clave en el proceso creativo de este espacio.

Las imágenes aquí presentes documentan nuestras historias, a nuestros compañeros y a nuestros amigos, que a pesar de las condiciones económicas y sociales del arte latinomericano, no vacilaron en brindarnos su apoyo. Cada una de nuestras imágenes habla directamente hacia el espectador. Los vestuarios, las poses, los artefactos militares y los espacios arquitectónicos son presentados como testimonios de nuestra realidad post-colonial.